Soft Skills en Reclutamiento: Transforma tu carrera

En la actualidad, los procesos de selección requieren que nos adaptemos a los cambios del mercado laboral impulsados por la globalización. Por ello, nos vemos en la necesidad de ajustarnos a diversos aspectos que reflejan las necesidades de las empresas, las cuales han evolucionado con el tiempo. Mientras que antes se valoraba principalmente el conocimiento práctico, hoy en día son nuestras habilidades personales las que realmente nos distinguen.

Aprender habilidades técnicas suele ser más sencillo que desarrollar comportamientos y actitudes, ya que estas últimas son parte de nuestra identidad. No obstante, es posible trabajar y mejorar nuestras soft skills.

Nuestras soft skills constituyen la primera impresión que el entrevistador recibe de nosotros, por lo que es fundamental que esta impresión sea positiva. Sabemos que una buena primera impresión representa más del 70% de nuestro éxito en el proceso de selección. Y una primera impresión no se puede cambiar, así que trabajemos en lograrla. Las soft skills reflejan quiénes somos y predicen cómo manejaremos las situaciones en el futuro. A continuación, se presentan algunos consejos sobre las soft skills que considero más importantes a tener en cuenta al participar en un proceso de selección.

Comunicación

Es común salir de nuestra zona de confort durante un proceso de selección, ya sea en entrevistas, llamadas telefónicas o correos electrónicos. Es crucial garantizar que nuestra comunicación sea adecuada en todas estas formas: escrita o verbal, sincrónica o asincrónica.

Debemos prestar especial atención al discurso y a la elección de palabras. Evitemos el uso excesivo de muletillas como “tipo”, “eh”, “o sea” y expresiones informales como “en plan”.

Destacarse puede implicar investigar sobre la empresa para adaptar nuestro discurso a su nivel de formalidad. Por ejemplo, en empresas más conservadoras, es menos recomendable utilizar un tono informal. Si el reclutador utiliza un tono informal en los primeros contactos, podemos ajustar nuestro lenguaje en consecuencia.

Durante la conversación, es importante ajustar nuestro comportamiento según las señales que recibimos. Si el entrevistador es pragmático y directo, debemos ser concisos y evitar divagar. Si el entrevistador es más abierto, podemos aprovechar la oportunidad para proporcionar explicaciones más detalladas, pero sin excedernos.

Es esencial expresar nuestras dudas, utilizar momentos de contacto para aclaraciones y mostrar interés. Admitir incomodidad cuando sea necesario es preferible a sorpresas inesperadas que puedan afectar nuestro desempeño. Adoptar un tono de voz calmado, con buena entonación y sin prisas, asegura que el mensaje sea transmitido de manera efectiva.

Postura

La comunicación no verbal y la coherencia entre nuestro lenguaje corporal y nuestras palabras son aspectos cada vez más destacados. Al expresar emociones o situaciones, nuestra postura y expresiones faciales deben reflejar autenticidad para evitar desconfianza y facilitar la interacción.

Aunque podamos sentir ansiedad o incomodidad, es importante gestionarlas para que el entrevistador no las perciba o, si las nota, que no sean exageradas. Mantener una postura erguida, evitar encorvar los hombros y adoptar posiciones relajadas es esencial, incluso en contextos virtuales donde nuestra postura es visible.

Mostrar interés durante el proceso es crucial. Tomar notas y asegurarse de tener todos los detalles necesarios demuestra compromiso. Cuando no entendemos algo, es fundamental preguntar en el momento adecuado.

Resiliencia

Cada proceso es único, por lo que es necesario adaptarse y gestionar nuestras emociones y comportamientos a medida que avanzan los eventos.

En sectores como la consultoría, donde tengo experiencia, no existe un cronograma definido para recibir retroalimentación final. Los reclutadores pueden prever ciertos plazos, pero a menudo dependen de terceros, lo que introduce incertidumbre.

Ser resiliente en un proceso de selección implica, ante todo, no rendirse. Confiar en quienes nos acompañan y no desistir si el feedbackno es rápida es esencial. Los tiempos de las partes involucradas son diferentes, y a menudo lo que queda es esperar. Ser resiliente también significa intentarlo nuevamente y aprender de los errores. No obtener un puesto no implica que no seamos buenos candidatos, sino que otro perfil encajó mejor en esa ocasión. Aprender de cada experiencia y fortalecernos es fundamental.

Aprovechar al máximo cada proceso es vital: aprender de las personas que conocemos y absorber conocimientos de las pruebas técnicas. Identificar lo que no queremos repetir y convertirnos en mejores candidatos es parte del crecimiento. Nunca rendirse es la clave.

Proactividad

Los tiempos de las partes involucradas en el proceso pueden variar, y las respuestas no siempre llegan cuando las esperamos. Como candidatos, tenemos el derecho de buscar información durante el proceso. Pedir retroalimentación no es incorrecto ni motivo de vergüenza.

Además, es beneficioso enviar proactivamente nuestro CV, carta de presentación y referencias, complementando así el proceso sin necesidad de que se nos solicite.

Utilizar nuestro derecho a buscar respuestas cuando hay demoras muestra interés y compromiso con el proceso.

Estas son solo algunas de las soft skills más relevantes en el mercado laboral actual. Identificar nuestras fortalezas y áreas de mejora en estas competencias nos permite prepararnos mejor para los desafíos profesionales y destacar en los procesos de selección.

En Winning, valoramos y promovemos el desarrollo de las soft skills en todos nuestros colaboradores, ya que creemos que son esenciales para el crecimiento personal y profesional.

Te invitamos a explorar las oportunidades que ofrecemos y a formar parte de nuestro equipo, donde el desarrollo integral es una prioridad.

 Visita nuestra página de Carreras para conocer más.